LCL Nro. 90

Criminalización de la huelga y la protesta social

Jorge Elizondo
Por Jorge Elizondo 27 julio, 2022
La historia del movimiento obrero es también la historia de la represión ejercida por las clases dominantes –a través del aparato del Estado- contra los trabajadores y sus organizaciones políticas y sindicales.
Cabe recordar las leyes anticoalicionistas existentes en Inglaterra, Francia y otros países, que prohibían desde el siglo XIV la organización obrera para la defensa de sus intereses.
Apenas ocurrida la Revolución Francesa, la burguesía arrebata a los trabajadores el derecho de asociación que acababan de conquistar. La ley Le Chapelier declara a todas las coaliciones obreras “atentados contra la libertad y la Declaración de los Derechos del Hombre”.
“Aunque es de desear –dice el ponente de la ley, Le Chapelier- que los salarios suban por encima de su nivel actual, para que quienes los perciben puedan sustraerse a esa dependencia absoluta que supone la carencia de los medios de vida más elementales, y que es casi la esclavitud”, a los obreros se les niega el derecho a ponerse de acuerdo sobre sus intereses, a actuar conjuntamente y, por tanto, a vencer esa “dependencia absoluta, que es casi la esclavitud”, porque con ello herirían la “libertad de sus anteriores dueños y actuales patronos” (la libertad de mantener a los obreros en la esclavitud!) y porque el coaligarse contra el despotismo de los antiguos maestros de las corporaciones equivaldría –adivínese!- a restaurar las corporaciones abolidas por la Constitución francesa”

Nota completa en La Causa Laboral