A 41 años de La Noche de las Corbatas

Conmenoración del día del abogado y la abogada laboralista

El 7 de julio de 1977 fueron secuestrados un grupo de abogados laboralistas, entre ellos Norberto Centeno, uno de los redactores de la Ley de Contrato de Trabajo que había sido sancionada en 1974. Fueron torturados y asesinados en un centro clandestino de detención de Mar del Plata, ciudad donde ejercían la defensa de trabajadores contra el poder de los empresarios. El suceso se conoce como “La Noche de las Corbatas”, hoy considerado como el Día del Abogado y la Abogada Laboralista.

Apenas producido el Golpe Cívico Militar, la Junta de Comandantes eliminó una gran cantidad de artículos de la ley de contrato de trabajo y modificó regresivamente otros, derechos laborales que la democracia argentina aún le adeuda a la clase trabajadora.
La dictadura cívico-militar tuvo un objetivo muy claro: instaurar un programa económico a favor del capital financiero y al servicio de los grandes grupos económicos. Para eso debía destruir al movimiento obrero: se calcula que más del 70 % de los detenidos desaparecidos eran delegados/as dirigentes o activistas sindicales.

Juan Alemann, viceministro de Economía de Martínez de Hoz lo confesó: “Nosotros liquidamos la subversión, derrotamos al movimiento sindical y desarticulamos a la clase obrera. Todo lo que vino después fue posible por nuestra labor” (La Nación, 9-4-1987).
Los abogados y abogadas laboralistas de entonces jugaron un destacado papel, asesorando organizaciones sindicales y agrupaciones, apoyando conflictos, participando de huelgas y asambleas. Por eso fueron objeto de ensañadas persecuciones.

Dejando a salvo las distancias y la diferencia de contexto histórico, no sorprende que desde su asunción, el gobierno de Macri dedicó gran parte de sus discursos a atacar a los abogados laboralistas. La receta es la misma y consiste en eliminar –esta vez no físicamente- todo vestigio de representación de los trabajadores y trabajadoras.

Con los bríos de un gobierno constitucional pero evidentemente pro empresarial, el poder económico no dudó en exigir una reforma laboral que asegure un aumento de sus ganancias por la única vía que conocen por estas tierras: reduciendo el salario real y eliminando derechos laborales.

El rasgo característico del neoliberalismo es justamente ese, y su mayor añoranza es volver a un mundo donde no exista intermediación en la relación individual, trabajador – empleador.

Esa es la raíz del ensañamiento con la abogacía laboralista, con las organizaciones sindicales y con la Justicia del Trabajo.
Por supuesto, son los trabajadores y trabajadoras los verdaderos destinatarios de las agresiones y el movimiento obrero el principal rival de esas políticas. Pero 41 años después de la Noche de las Corbatas, los abogados y abogadas laboralistas seguimos homenajeando a nuestros colegas secuestrados y asesinados por el terrorismo de Estado, a partir del compromiso en el presente con la defensa irrestricta de los derechos de las personas que trabajan.